El
manejo de la disciplina en el hogar durante las etapas
tempranas de la vida constituye un factor importante
en el desarrollo de adultos capaces de asumir y respetar
los límites y normas que a lo largo de su vida
tenga que cumplir, y además le permitirá
adaptarse funcionalmente a la realidad y a cada una
de las situaciones a las que tenga que enfrentarse y
ser justo en las acciones que realice.
En principio lo fundamental al hablar de disciplina,
es tomar en cuenta que su significado no debe usarse
como sinónimo de reprimenda, castigo, gritos,
maltratos... sino como un proceso a través
del cual se enseña a los seres humanos a respetar...
a entender las consecuencias de los actos... a dar y
a recibir... y, por supuesto a adaptarse a una realidad
que impone ciertos límites. Recuerden que
ningún comportamiento
de su hijo merece el maltrato, ni físico, ni
verbal, conversen
con sus hijos y explíquenle brevemente el porqué
de las cosas que puede y no puede hacer... tomando en
cuenta por supuesto la edad del niño y su nivel
comprensivo. Así aprenderá a resolver
sus problemas dialogando y llegando a un acuerdo. La
violencia solo trae más violencia y la percepción
de que ésta es la mejor e incluso la única
manera de solucionar los problemas; además con
ella se pierde el respeto hacia los padres y se genera
el miedo como sentimiento prevaleciente en la relación.
Para
llevar a cabo un método disciplinario hay que
tomar en cuenta además, que es fundamental que
ambos padres o representantes de cada niño estén
de acuerdo con las normas a señalar y la forma
de hacerlo, para que no existan confusiones y el niño
no perciba incongruencias entre los límites que
coloca un padre con respecto al otro; evitando así
que se establezcan alianzas inadecuadas. Dentro de este
punto es importante considerar que si en algún
momento alguno de los padres no está de acuerdo
con el otro en relación al manejo de la disciplina
en el hogar, deberán conversarlo de manera íntima,
sin desautorizarse delante del niño, ni involucrarlo
en alguna discusión que surja de esta situación.
En el desarrollo de este proceso disciplinario se verán
en la necesidad de señalar muchas veces lo que
el niño no puede hacer, por lo que él
tenderá a percibir que vive en medio de muchos
"NO": "No puedes hacer eso",
"No toques aquello" ... y se sentirá
limitado. Por esto es necesario tomar en cuenta que
los niños como parte de su naturaleza tendrán
curiosidad y necesidad de moverse libremente y, es importante
comprender que ellos requieren de un espacio donde puedan
jugar... para estar solos o para compartir con otros
niños... un espacio donde puedan tener libertad
de movimiento y de explorar su ambiente, para que puedan
reconocer cuáles son las acciones que sí
puede hacer y dónde. Cuando su hijo se encuentre
abordando al año y medio de vida aproximadamente,
seguramente tendrán que desarrollar aún
más la paciencia para poder guiar su actuación
sin desesperarse, puesto que ya para esta edad ha adquirido
la autonomía necesaria para observar, tocar,
sentir... por sí solo todo lo que le rodea; por
lo que es recomendable hacer algunas adaptaciones al
ambiente para prevenir accidentes, como por ejemplo:
tapar los tomacorrientes, evitar el acceso a la cocina
a través de alguna especie de rejilla, sacar
de su alcance objetos que puedan ser peligrosos, entre
otras medidas.
Cuando
su hijo se encuentre realizando alguna acción
que considere negativa, explíquele brevemente
las consecuencias de lo que está haciendo y el
porqué debe dejar de hacerlo, como se mencionó
previamente, aunque sienta que es repetitiva, y luego
distraiga su atención mostrándole otra
actividad que sí puede hacer y, refuerce
positivamente, con expresiones afectivas cada esfuerzo
que realice el niño por apegarse a las normas.
Del mismo modo, los niños necesitan actividades,
además de las escolares, que les permitan invertir
su tiempo y desarrollarse en otras áreas: culturales,
deportivas, sociales, artísticas..., según
sus intereses y habilidades, ya que por lo general ellos
tenderán a ocupar parte de su tiempo libre en
otras cosas que los entretengan, y muchas de estas acciones
pueden parecer "travesuras". Es recomendable
entonces que sus hijos puedan ingresar a algún
tipo de estas actividades donde puedan explorar su ambiente
con libertad y desarrollar sus potencialidades. Asimismo
es sumamente importante que tengan un espacio de tiempo
para compartir con sus padres, para conversar o jugar
con ellos, no importa la cantidad de ese tiempo, sino
la calidad de ese momento que decidan estar juntos.
Con paciencia, constancia y mucho amor sus hijos se adaptarán poco a poco a los límites y normas que deben seguir, y podrán respetarlos. Recuerden siempre que ningún extremo es bueno... ni la extrema exigencia y el maltrato... ni la total indiferencia y la permisividad ante todo lo que desee realizar el niño. La disciplina es importante manejarla con equilibrio y justicia... con respeto y amor... con paciencia y constancia... señalando no sólo las acciones negativas que realice su hijo, sino también cada acción positiva y felicitarlo por ello... expresándole y demostrándole siempre su afecto hacia ellos.