lunes, 13 de abril de 2015

Reflexionemos sobre el AMOR....


                  



Estamos en plena primavera,estación donde las emociones y sentimientos fluyen con mas facilidad que en cualquier otro momento del año,es por ello que me parece importante reflexionar sobre el AMOR...Una palabra tan sencilla y tan compleja a la vez.Con mil significados y todos reales...
Es curioso como cada persona que pasa por la consulta de terapia de pareja tiene una idea de lo que es el amor y para cada una es única..

Es un sentimiento que nos lleva del cielo al infierno,nos puede provocar una gran sonrisa o arrancarnos lágrimas...da sentido a nuestras vidas o nos hace parecer vacíos o fuera de lugar...

A veces confundimos la atracción,con el enamoramiento,con "me gusta" y en muchos casos con AMOR VERDADERO...En otras ocasiones nos "enganchamos " a las relaciones de una forma casi patológica por miles de miedos que surgen dentro de nosotros...y lo que es peor lo seguimos llamando AMOR..
Sea como fuere cada uno vive y experimenta su amor como mejor puede o como quiere.Yo hoy os dejo un fragmento que me parece muy ilustrativo de lo que para mi es AMOR...¡espero que os guste!

"No hay que confundir el amor con placer, con dependencia, con deseo, con apasionamiento, con irracionalidad.El amor debe hacernos sentir bien, engrandecernos, permitirnos ser libres y crecer...todo lo contrario no es amor. Cuando se siente bien, se siente bonito, no nos hace llorar, no nos genera angustia, depresión, miedo o enojo; cuando se puede compartir con nuestros seres queridos, cuando para todos es una buena noticia con seguridad es amor para nosotros también.
El amor sano se experimenta en crecimiento, no en limitaciones o en apegos. Es lealtad, comprensión, ayuda mutua, apoyo y respeto; nos da fuerza, no nos la quita; nos anima, emociona, aporta. No es confusión. Es plenitud, libertad, diversión, gozo; genera sonrisas, no esclaviza, no es perder o ganar sino sumar, no es egoísta; en el no cabe la incomunicación, es compromiso y responsabilidad...fluye, es sencillo, no necesita explicarse tanto, es y no debe justificarse. Nos provoca bienestar mental, emocional, físico.
Insisto: nos hace bien!"

 Extracto del libro: No la vi venir! De Fernanda Familiar.

Pues lo dicho...quedémonos con aquello que nos haga el bien.

¡¡Buenas noches amig@s!!

lunes, 31 de marzo de 2014

¿Eres emocionalmente fuerte?

Un aspecto particular de la fortaleza mental es tomar la decisión de si tendrás o no una buena vida. Hay muchos niveles de fortaleza mental y todos son necesarios para ser exitoso y feliz. El área en particular que tiene mayor impacto es la de la fuerza emocional.
Las emociones son, por supuesto, una parte de nuestra psique, pero que puede distinguirse del resto de nuestras cualidades mentales porque son las que influencian más directamente nuestro cuerpo físico. Afectan la manera en que nuestro cuerpo funciona y dirigen cada una de nuestras acciones. Sin emoción no tendríamos razones de actuar ni hacer nada con nosotros mismos.
Las emociones son nuestros más grandes motivadores. Desafortunadamente pueden motivarnos a actuar en cualquier dirección, incluso en la errónea. Por esta razón, la fuerza emocional es esencial. Hay incontables situaciones en las que la gente emocionalmente fuerte evita y muchas acciones que nunca llevan a cabo. Aquí hay 15 de ellas:
1.  No ruegan atención
Necesitar atención está directamente ligado a la emoción. Los que necesitan reconocimiento sólo se topan con la experimentación de sentimientos de valor cuando otros los hacen sentir necesitados; es como si estas personas estuvieran inciertas de su valor propio. Sentirte inseguro sobre tu valor es una profecía que se cumplirá; si no sabes que importas, entonces nadie lo creerá nunca.
2. No permiten que otros los hagan sentir mal
La fuerza emocional requiere resistencia. Este mundo está repleto de trolls y haters. Son ojos celosos que rondan cada esquina. La desafortunada verdad es que quienes nos detienen casi siempre son las personas más cercanas. Deshacerte de gente así es casi siempre la mejor solución, pero también la más difícil. Si pueden eliminar poco a poco a estas personas evitarás que la separación desate una reacción muy emocional.
3. No son rencorosos
Si guardas rencores entonces una situación te importa mucho más de lo que debería. Si una persona se disculpa genuinamente, perdónala. Si esta persona no lo hace, no interactúes con ella, pero no le guardes rencor. La gente que buscas aislar y odiar requieren demasiado tiempo y energía mental, te hace más daño que bien.
4. Nunca dejan de hacer sus cosas
Los individuos emocionalmente fuertes hacen lo que hacen porque aman hacerlo. No planean bajar el ritmo o detenerse por cualquiera que vea su felicidad como inapropiada.
5. Nunca dejan de creer en sí mismos
Aquellos que se aman y entienden a sí mismos, quienes no se tienen miedo y están orgullosos de sí mismos, nunca dudan. Tú mismo creas tu propio valor.
6. No actúan como pe***s ni oj***s
La gente es mala onda. Pero ¿por qué? Ser un cabrón sólo sirve como un factor de intimidación y si eso es lo que intentas más vale que tu profesión sea de negociante. Sí sólo lo haces porque sí, obviamente estás intentando compensar tu falta de seguridad. ¿También conduces un coche muy grande? Escuché que hay pastillas para eso.
7.  Saben a quién dejar entrar a sus vidas
Los emocionalmente fuertes lo son por una razón: no se exponen a personas que tiran sus defensas y destruyen su moral. La mayor parte del mundo está perdido y con gusto te arrastrará con ellos. No dejes que un conocido terrible arruine tu felicidad.
8. No tienen miedo de amar
Si tienes miedo de amar, no tienes la suficiente confianza en ti mismo. Obviamente crees que no puedes estar en una relación que dure, sino en una que esté destinada al desastre. No quieres que te lastimen de nuevo porque que algo te duela es horrible. No hay razón por la que te rompan el corazón de nuevo porque eres increíble. Si las cosas no funcionan, no es por ti. Es por los dos. A menos, claro, que seas un ser humano terrible, en ese caso sí eres tú.
9.  No se quedan en cama con terror de lo que les espera en el día
La mejor parte de tu día debería ser cuando despiertas y te das cuenta que sigues vivo. Tomamos nuestra vida por hecho con demasiada regularidad.
10.  No tienen miedo de bajar el ritmo
La gente emocionalmente fuerte no tiene la necesidad de acción y emoción constante. No necesitan corretear todo el día y seguir en movimiento para evadir sus demonios. Aprecian un momento más lento porque loa cerca a lo que se siente hacer nada más que vivir y respirar. Eso no quiere decir que no disfruten la emoción en la vida, pero no son adictos a ella y están perfectamente contentos con salir a dar la vuelta y oler flores.
11.  No hacen cosas que no quieren
Todos hacemos cosas que no nos encantan, pero nunca deberíamos hacer cosas que no queremos hacer. Los emocionalmente fuertes entienden eso y encuentran la manera de concentrarse en lo que aman, lo que les permite entender lo que necesitan hacer para hacer lo que aman. Aunque probablemente no amen cada segundo, les gusta darlo porque los acerca a hacer lo que en realidad quieren hacer.
12.  No tienen problema con decir que no
Si no puedes decir “no” abusarán de ti. Serás considerado alguien fácil de manipular y nadie te preguntará tu opinión ni te tomará en serio. Decir “no” le recuerda a la gente que no tienen control sobre ti.
13.  No se les olvida la filantropía
No estamos demasiado ocupados para donar nuestro tiempo o dinero. Tampoco se nos olvida. Algunas personas sólo eligen ignorar sus responsabilidades como seres humanos. Mientras más emocionalmente fuerte seas, más apreciarás a otros y a la vida misma. Valoras más la vida y empatizas con quienes no la tienen fácil.
14. No sienten necesidad de pertenecer
A medida que seas más fuerte, serás más independiente. No tendrás la necesidad de pertenecer porque perteneces a donde importa: el mundo. La gente que forma grupos sociales más pequeños con frecuencia es torcida y poco sana. Querer pertenecer significa en otras palabas “tengo miedo de ser yo.”
15.  No olvidan que la felicidad es una decisión
Lo más importante es que la gente emocionalmente fuerte ha aprendido a entender el poder que tiene su cerebro sobre su mente y su cuerpo. Entienden que las emociones son reacciones, no reacciones a causas directamente físicas, sino a la manera en que percibimos esas causas. En otras palabras, nuestras emociones no reflejan la realidad, sino la manera en que la interpretamos. Entender esto nos da control de nuestras emociones y en consecuencia, de nuestras vidas.
Y ahora que conoces los 15 aspectos..¿los tienes todos o tienes que seguir trabajando para lograrlos? sea lo que sea no debemos olvidar que las emociones forman parte de nuestra vida y debemos permitirnos experimentarlas y vivirlas.

Buena semana!!!

Este texto es una traducción tomada de Elite Daily. 

jueves, 29 de agosto de 2013

 
 Vamos a terminar el verano haciendo algo tan necesario como es SENTIR....
 
 
También es importante permitirse a uno..no solo exigirse...

Llorar para poder reír... Enfadarse y expresar para continuar exprimiendo...

miércoles, 21 de noviembre de 2012



 ¿Qué nos dicen nuestras emociones?

                                               
Toda emoción tiene un comienzo, un medio y un final.
Cuando me estoy sintiendo mal, sea cual sea la emoción negativa, es mejor posicionarse respecto a ella, es decir, hay que preguntarse… ¿Qué voy a hacer “ahora” con esto?.

Puedo dejarme llevar por la inercia o puedo decidir hacer algo en ese momento, es un acto de poder sobre mi mism@. Queramos o no la emoción una vez esta en nosotros, estará ahí hasta que finalice. Personalmente prefiero entrar en la emoción conscientemente y respirar “a través” de ella:
  • Defino lo que siento realmente, sin protocolos ni palabras bonitas, tal cual, con mis palabras aunque sean malsonantes…me siento jodid@, o rabios@ o incapaz, lo que sea.
  • Tomo contacto con la parte de mi cuerpo en la que siento con más fuerza la sensación, sea en el estómago, en el pecho o en otro lugar.
  • Me enfoco en ese lugar y empiezo a respirar conscientemente y de forma lenta y profunda, (aunque al principio me cueste un poco, insisto en ello). Respiro con la parte baja de mis pulmones hinchando mi abdomen, donde hay más capacidad pulmonar.
  • Espiro el aire lentamente por la boca, como si a cada expulsión de aire estuviese sacando la presión de la zona donde estoy enfocado.
  • Continuo hasta que se va la presión, y empiezo a tener más claridad mental, tengo más recursos y mis juicios se relajan.
Cuando se está en plena emoción se esta juzgando el hecho que nos lo provoca y esto es muy importante:
El juzgamiento y el pensamiento claro no pueden estar a la vez.

A lo uno que se resiste, persiste. Por eso es importante no resistirse a lo que sentimos, pues nos impide acceder a los recursos que necesitamos para encontrar nuevas soluciones creativas en nuestras vidas.
Espero que esto te sirva como me sirve a mí. Ofrécete la oportunidad de practicarlo.

Te mereces lo mejor para ti mism@, no olvides esto.

lunes, 22 de octubre de 2012

 "El que sabe pensar pero no sabe expresar lo que piensa,esta en el mismo nivel del que no sabe pensar..."

 Ultimamente en terapia me encuentro con parejas que no funcionan bien debido a la forma patológica en la que se comunican.La comunicación es esencial en cualquier relación y si no la cuidamos puede provocar grandes crisis e incluso rupturas.

Por ello os dejo unos cuantos consejitos que pueden ayudar,pasarán a ser “reglas” para una determinada si ambos las han aceptado como tal y las ponen en marcha.

REGLAS DE LA COMUNICACIÓN :

“Ponerle a la canción”: se debe explicitar y acotar claramente el tema que van a conversar o negociar. Centrarse en lo actual y puntual. No irse por las ramas, ni generalizar, ni sacar a colación el pasado. 

Acordar una cita: definir lugar, hora y el tiempo límite máximo que le van a dedicar a la conversación. En lo posible que no sea en el dormitorio.  

No interrumpir: se pueden tomar notas para contestar luego.

Validación de lo subjetivo: el ser humano no puede percibir la realidad objetivamente (realidad entre paréntesis y construcción de la realidad). Hay que aceptar lo que el otro “ve” o siente, sin cuestionarlo. Si un tema es muy importante para un miembro de la pareja, inevitablemente afectará la relación, por lo tanto, ese tema es importante para los dos.

Forma de verbalizar: no culpar, atacar, reprochar, descalificar, chantajear, amenazar ni quejarse ni “hacerse la víctima”. Ya que sino el otro se justificará, atacará de vuelta, se taimará o se distanciará, cerrándose a escuchar abiertamente.

Hablar en “yoico” y no “tuico”: empezar las frases con “yo” y no con “tú” para evitar hacer juicios acerca del otro. No hacer uso del:
      + “nosotros” hablando por los dos, ya que se está suponiendo la postura del otro. “Lo que nosotros queremos es….”
    + “uno”, ya que está amparándose en la normalidad estadística. “Es que en esta situación obviamente…..”
    + “se” …, ya que está ampárandose en verdades absolutas. “Esto se hace así, se estila así….
   +  “me-me-me”, ya que se está asumiendo un rol de víctima pasivo y/o una imposibilidad de cambio. “Tú me hiciste sentir…. tú me obligas a….. en mi infancia me….. mis condiciones actuales me….” 

No decir lo que se piensa sino lo que se siente ante la acción u omisión del otro (no opinar). No cuestionar lo que el otro siente. No “leer” la mente ni los sentimientos del otro (“no, lo que tú realmente piensas o sientes o te pasa es….”)

No hacer una guerra santa: no emitir juicios o normas estadísticas ni valóricas como si se fuese dueño de la verdad o de lo práctico, o de lo lógico, o de la bondad o de la sanidad mental. Mientras más convencidos estemos de nuestra verdad, mayor será  la posibilidad de caer en una guerra para “salvar” al otro de los riesgos de estar “equivocado”.

Evitar el juego del “gallito”: si en las luchas de poder alguno gana, los dos pierden. Si negocian, los dos ganan. Si no negocian, se desgastarán y agotarán.

Cuidado con el triunfo pírrico: ganarle al otro puede llevar a destruir la relación

Pedir como “neurotiquito”: rogarle al otro, por favor, lo que uno quisiera, asumiendo que es una necesidad subjetiva (“neurótica”) nuestra, no una obligación del otro.

Respuesta al pedido: contestar si se acepta o no, sin contra-argumentar, ni culpar, ni quedarse en silencio, ni distanciarse o irse; sin cuestionar ni descalificar al otro preguntándole “pero, ¿por qué quieres eso? o ¿para qué?”, justificándolo con un “es que quiero comprenderte (o conocerte)”.

Derecho al “no”: el otro obviamente puede rechazar el pedido, ya sea porque no puede o porque no quiere. Validar el no-ceder. No insistir en el pedido, ya que posiblemente se caerá en errores de forma. Evitar manipulación o extorsión emocional si se ha rechazado el pedido. Simplemente ambos aceptan que, entonces, hay que negociar.